Aunque esta zona arqueológica está relativamente muy cerca de donde vivo, no la conocía. De la ciudad capital del estado son aproximadamente tres horas y media, muy cerca del municipio de Tzimol.
El nombre de esta zona proviene de la voz náhuatl -tenamitl- que significa “fortificación”, “Muro” o “defensa” y de una antigua finca llamada “El Puente”; de allí: Tenam Puente, lugar fortificado.
Este lugar cuenta con un centro cívico ceremonial que fue construido en una serie de pequeñas colinas, sobre las cuales están edificados sus conjuntos arquitectónicos.
En la actualidad esta zona arqueológica tiene una superficie de dos kilómetros cuadrados.
Sus edificios más importantes están en la Acrópolis; es decir, en la parte más alta de esa “ciudad” con una gran cantidad de plataformas y templos. En total son cinco edificios/plataformas/templos y tres canchas de juego de pelota. Las construcciones se organizan alrededor de los patios y plazas.
Se cree que este asentamiento corresponde a la cultura maya y la Acrópolis alcanzó su máximo desarrollo durante el periodo Clásico Tardío (600-900 d.C).
Por todos los objetos que se han encontrado en este lugar se piensa que ellos tenían importantes relaciones comerciales con las diversas regiones cercanas a ellos.
Las construcciones de las zonas arqueológicas siempre me dejan profundamente impresionada, porque se mantienen a pesar del tiempo. Hace algunos años leí en un libro que uno de los “pegamentos” que ellos usaban en sus edificios era una mezcla de baba de caracol y sábila. Obviamente tendrían que haber usado algo más para que sus construcciones no se derribaran tan fácilmente e incluso puedan soportar terremotos y sismos. ¡Es increíble! ya que ninguna obra de ingeniería de la actualidad ha podido superarlas o siquiera igualarlas.
Esta vista me pareció espectacular. |
Estructura 7 o Acrópolis, el punto más alto de la ciudad. |
Estructura 4, muy cerca de la Acrópolis. |
Altar de sacrificios. |
Cancha del Juego de Pelota. |
Edificio construido con piedras calizas perfectamente ensambladas. |
Este edificio me parece increíble (como todos los demás). La parte frontal es una especie de repello perfecto y son curiosas las piedras de las esquinas que sobresalen a todo lo demás. |
Algo que también se me hizo muy curioso es que está zona cuenta con tres canchas de juego de pelota. Una, más grande que las otras dos. Se cree que las dos canchas de juego de pelota más pequeñas pertenecían exclusivamente a la clase alta.
A diferencia de Chichén Itzá la energía de este lugar se siente muy diferente. No sé; si fue el sol, el hermoso cielo azul o simplemente la energía de aquí, pero sentí mucha paz y tranquilidad.